Homilía del Jueves 7 de abril de 2016
EL LENGUAJE DIVINO ES LA DIVINA VOLUNTAD
Lecturas del Jueves de la 2ª semana de Pascua
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Jueves, 7 de abril de 2016
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Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,31-36):
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor
HOMILIA
EL LENGUAJE DIVINO ES LA DIVINA VOLUNTAD
Queridos hermanos, la lectura del evangelio de hoy hace una bella distinción entre la tierra y el cielo, entre lo humano y lo divino. Pone por encima a todo lo que es de lo alto: “El que viene de lo alto está por encima de todos” y señala que quién es de esta tierra, habla de la tierra, mientras quién es del cielo, habla las palabras de Dios.
Nos encontramos aquí con una fuerte invitación. Quien quiera conocer y hacer parte de la vida del cielo, tendrá que inevitablemente aprender el lenguaje del cielo.
No se puede pretender viviendo en la tierra y hablando el lenguaje de la tierra, comprender y vivir la vida de cielo. Hay que adquirir el lenguaje divino y para esto se hace necesario la virtud de la humildad que haciendo perder el alma en Dios, pierde su propia razón para adquirir la razón divina, y perdiendo todo pensamiento sobre sí misma, se interesará y adquirirá un lenguaje todo celestial y divino.
El lenguaje de cielo ni se conoce, ni mucho menos se habla aquí en la tierra. Para conocer las cosas de cielo, hay que comenzar por aprender el lenguaje de cielo. Sólo así se podrá entender. Los escritos de la Divina Voluntad, son el diccionario de cielo que nos capacitará en el idioma para conocer y vivir todo lo de cielo.
Bien manifiesta Luisa la dificultad para expresar un lenguaje que no es de este mundo, sino de cielo: “De todo comprendía alguna cosa, pero, ¡ay de mí! el lenguaje celeste es muy diferente del lenguaje terrestre, y por lo tanto no encontraba las palabras adecuadas para hacerme comprender; mucho más que estando con Jesús yo tengo el mismo lenguaje de Él, nos comprendemos de maravilla los dos, pero retirándose Jesús y encontrándome en mí misma, siento tal cambio, que con dificultad puedo decir alguna cosa, y quizá media deforme y balbuceando como una pequeña niña”.
El lenguaje del cielo es la voluntad de Dios, y para recibir todos los bienes que esta voluntad divina tiene para dar, no se pueden recibir dentro de un ambiente mundano, sino que deben recibirse dentro de un ambiente divino, de lo contrario se perderían porque no serían ni comprendidos ni apreciados. Sólo quien vive en la divina voluntad podrá comprender su lenguaje celestial y recibir todos los dones, mirar sus bellezas y formará una sola vida con la voluntad de Dios.
En cambio, quien no quiere vivir en su reino no es capaz de comprender sus bienes, su lengua no sabrá hablar de ellos, ni sabrá adaptarse al lenguaje de ese reino, ni podrá mirar sus bellezas, más bien quedará ciego por la fuerte luz que en él reina.
Se hace necesario un solo lenguaje para entrar a vivir en el reino del Padre Celestial, y ese lenguaje es totalmente ajeno al lenguaje del mundo. Por eso quien no está en el divino querer, no podrá entender ni mucho menos vivir las verdades que se van comunicando, y por cuanto se diga no entenderá nada, se confundirá y se sentirá extraño.
Quien vive en el querer de Dios, puede comprender el lenguaje de amor de Dios dado en toda la creación misma.
Febrero 2, 1928. V.23
“…Y además tú debes saber que si mi Voluntad no estuviera en ti, no habrías podido comprender su lenguaje celestial, habría sido para ti como un dialecto extraño, como una luz sin calor, como un alimento sin sustancia y te habría sido difícil escribir acerca de Ella para transmitirla a tus hermanos. Todo esto es señal de que mi Voluntad dominándote en todo, se hace pensamiento en tu mente, palabra sobre tus labios, latido en tu corazón, maestro que sabe que su alumna comprende sus lecciones y ama escucharlo, por eso era necesario hacerte el don de mi Voluntad Divina, para darte la gracia necesaria para hacerte conocer y transcribir todas las más bellas prerrogativas del reino de mi Fiat Divino. Y es también esta la razón por la que ninguno hasta ahora ha hablado largamente de mi Voluntad para hacer comprender los mares inmensos de bien que contiene y que quiere y puede dar a las criaturas, a lo más se han dicho pocas palabras y con palabras entrecortadas, como si no tuviesen qué decir acerca de mi Fiat, tan grande y extenso que contiene y abraza toda la eternidad; no poseyéndolo como don y cosa propia, para todos era como extraño el lenguaje para hablar de la importancia y de sus méritos infinitos; si no la conocían a fondo, ¿cómo podían hablar de una Voluntad Divina que contiene tanto, que no bastan todos los siglos para hablar de Ella?”
“Hija mía, mi lenguaje fue muy diferente en la Redención de aquél que he tenido para el reino de mi Divina Voluntad, porque en la Redención mi lenguaje debía adaptarse a personas incapaces, débiles, enfermas, sordas, mudas y ciegas, y muchas sobre el borde de la tumba, por eso para hablar me serví de parábolas, semejanzas del bajo mundo, que ellos mismos podían tocar con la mano, por eso ahora les hablaba como médico, y les llevaba las medicinas para curarlos; ahora como padre, que esperaba su retorno aunque fuesen hijos licenciosos; ahora como pastor que iba en busca de la oveja perdida; ahora como juez que no pudiendo atraerlas por vía de amor, buscaba atraerlas al menos con las amenazas y con el temor; y tantas otras semejanzas. Este mi lenguaje dice que a aquellos a los cuales Yo hablaba no me conocían, no me amaban, mucho menos hacían mi Voluntad, más bien estaban lejanos de Mí, y que Yo con mis parábolas hacía las búsquedas y extendía la red para pescarlos y dar a cada uno el remedio para curarlos, pero cuantos me huían y Yo aumentaba las búsquedas y las enseñanzas para dar luz a tantos ciegos, a fin de que salieran de su obstinada ceguera.
Ahora ve cómo es diferente mi lenguaje que he tenido al manifestar las verdades sobre mi Divina Voluntad, que deben servir para los hijos del reino de Ella, mi lenguaje sobre el Fiat ha sido como el de un padre en medio a sus amados y amantes hijos, todos sanos y que poseyendo cada uno mi misma Vida en ellos, en virtud de mi Querer serán capaces de entender mis lecciones más altas, y por eso Yo he sido tan magnánimo al manifestar las verdades acerca de mi Fiat, lo que no hice en la Redención, porque eran parábolas que contenían modos humanos y finitos, por lo tanto no tenían tanta materia para poderme extender tanto, en cambio las semejanzas que respectan a mi Voluntad son de modos divinos y por lo tanto hay tanta materia para decir que se vuelven inagotables. ¡Oh, si tú supieras cuánta sabiduría, amor, gracia, luz, he puesto al manifestar mis verdades sobre mi Fiat Divino, tú quedarías ahogada de alegría, tanto, que no podrías seguir viviendo y amarías que el trabajo de tu Jesús fuese conocido, para hacer que un trabajo tan exuberante, que cuesta un precio incalculable, tenga su gloria y comunique sus benéficos efectos a las demás criaturas.” Luisa Piccarreta Volumen 24 2062
Hermanos cuanto necesitamos conocer este lenguaje divino para poder hacer parte de esa vida, que por ser de allá arriba, necesita que nos despojemos de las formas y lenguajes mundanos. Que por la intercesión de la Madre Santa, el Señor nos conceda este don.