Canción: Consumación en el amor.

Queridos hermanos, en este tiempo de Cuaresma en algunos surge el deseo de prepararse a la pascua con ayunos, mortificaciones, penitencias.

Ahora, ¿cuál es la mejor penitencia que podemos hacer, que a Jesús le agrade totalmente y se sienta complacido?

En esta ocasión queremos compartirles una canción que nos habla de cómo nos podemos consumar en el amor de Cristo. Es un tema muy importante para meditar en estos tiempos pues esta es la perfecta penitencia.

¿Qué mejor penitencia que hacer que nuestra voluntad humana quiera sólo lo que quiere Dios y vivir en su Divina Voluntad?

¿Qué mejor penitencia que nuestro intelecto sólo se ocupe de conocer a Dios en vez de tantas cosas superfluas y vanas?

¿y qué mejor penitencia que nuestra memoria sólo se recuerde de nuestro amado Jesús y solo pensemos en amarlo cada vez más, en vez de estar pensando en otras cosas que no nos conducen a nada y que incluso, algunas conducen al mal?

Cuando consumamos nuestro ser en Dios y le ofrecemos nuestra voluntad para que reine solo su Voluntad en nosotros estamos haciendo una perfecta penitencia.

Esta consumación también se realiza con nuestros sentidos: Si hablamos sólo de Dios, si escuchamos sólo lo que se refiere a El, si se gustan sólo sus cosas, si se obra y se camina sólo por El, si el corazón lo ama sólo a El, si los deseos lo desean sólo a El, he aquí la consumación del amor formada en los sentidos. (Cf. Volumen 11, Mayo 9 de 1912)

En una ocasión Jesús le dijo a la Sierva de Dios Luisa Piccarreta que quiere la verdadera consumación de nosotros en su amor, y no fantástica sino verdadera, en modo simple y factible, y nos dice cómo:

Supón que te viniera un pensamiento que no es para Mí, tú debes destruirlo y sustituirlo con el divino, y así habrás hecho la consumación del pensamiento humano y habrás adquirido la vida del pensamiento divino; así también si el ojo quiere mirar alguna cosa que me disgusta o que no se refiere a Mí, y el alma se mortifica, ha consumado el ojo humano y ha adquirido el ojo de la Vida Divina, y así el resto de tu ser. ¡Oh!, Cómo estas nuevas Vidas Divinas me las siento correr en Mí y toman parte en todo mi obrar, amo tanto estas vidas, que por amor de ellas cedo a todo. Estas almas son las primeras delante de Mí, y si las bendigo, a través de ellas vienen bendecidas las demás; son las primeras beneficiadas, amadas, y por medio de ellas vienen beneficiadas y amadas las demás. (Volumen 11, Mayo 21 de 1913)

Espero que les guste esta canción y se acreciente en nosotros el deseo de consumarnos en el amor de Dios.