Novena de Navidad. 2do DÍA.
SEGUNDA MEDITACIÓN:
Jesús en el Seno de su Madre. El amor que lo reduce a la estrechez e inmovilidad.
(Este video fue realizado por: Schola Fiat Voluntas Tua)
Segunda Hora:
Entonces, mi mente se trasladaba hasta el seno materno, y quedaba estupefacta al considerar a aquel Dios tan grande en el Cielo, y ahora tan anonadado, empequeñecido y limitado, que no podía moverse y casi ni siquiera respirar.
La voz interior me decía: “¿Ves que cuánto te he amado? Ah, dame un lugar en tu corazón, quita todo lo que no es mío, y así me darás más amplitud para moverme y respirar”.
Mi corazón se deshacía, le pedía perdón, le prometía que quería ser toda suya y me desahogaba en llanto; pero, lo digo para mi confusión, volvía a mis habituales defectos. ¡Oh Jesús, qué bueno has sido con esta miserable criatura!
CHARLA DEL DÍA SEGUNDO.
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Cuando consideramos el amor tan grande con el cual Dios nos ha amado hasta el punto de llegar a reducirse a la pequeñez y la estrechez dentro del seno de su Madre, nos moveremos a amarle y a querer corresponderle con el mismo amor con el cual él nos ha amado.
Debemos pues, centrar nuestra meditación en el amor de Dios y contemplar cuánto él nos ha amado y él modo cómo él desea ser amado por sus criaturas.
Fuimos creados para conocerlo, amarlo y servirlo, y en su designio de amor nos ha creado libres para que tengamos parte en su vida bienaventurada.
Nuestra alma fue creada como un recipiente lleno de partículas divinas que contienen todas las perfecciones de Dios y al Dios mismo, pero por el pecado y nuestros apegos a nuestra voluntad, vamos sacando poco a poco esas partículas que van formando un vacío en nuestra alma.
Que esta segunda hora de la novena nos lleve a considerar y reflexionar en ese amor de Dios tan grande e infinito y al mismo tiempo sea un llamado a la reflexión para identificar todos aquellos obstáculos que no permiten dejar a Jesús vivir en mí y darle entera libertad de poderse mover cómo él quiere.
Recordemos que todo está en el amor y para aprender a amar cómo Jesús nos ama, es preciso que cada uno extirpe, de su propia vida, todo lo que estorba la Vida de Cristo en nosotros: el apego a nuestra comodidad, la tentación del egoísmo, la tendencia al lucimiento propio, la tendencia a hacer siempre nuestra voluntad. Sólo reproduciendo en nosotros esa Vida de Cristo, podremos trasmitirla a los demás.
Que esta corta reflexión nos introduzca a esta corta meditación y nos ayude a crecer en el amor y a esforzarnos por ser mejores cada día con resoluciones prácticas sabiendo que Dios siempre nos ayuda y tiende su mano misericordiosa para siempre levantarnos.
Muchas gracias por compartir.
Que con la gracias y verdades de estos escritos…el niño Dios nos ayude a vivir en el reino de la divina volunta…que su nacimiento nossumerja en el mar de su querer!..Amen