Novena de Navidad. TERCER DÍA
TERCERA MEDITACIÓN: El amor devorador Tercera Hora: “Hija mía, apoya tu cabeza sobre el seno de mi Madre y en él contempla mi pequeña Humanidad. Aquí mi Amor por la criatura casi me devora, son los incendios, los océanos, los inmensos mares del Amor de mi Divinidad que me reducen a cenizas, me inundan, y que excesivamente superan todo límite, tanto que se elevan por todas partes y envuelven a todas las generaciones, desde la primera hasta la última de las criaturas, y mi pequeña Humanidad, aunque devorada en tantas llamas de amor, se vuelve también ella devoradora en el mismo amor. Pero...